La creación de todo edificio, construcción y entorno integral comienza por la selección de materiales. En base a esto se genera la idea, se la procesa para adaptarla lo más posible a los requerimientos del cliente y se desarrollan soluciones en detalle. Todo este proceso constituye un concepto más amplio - el diseño.
El diseño arquitectónico sienta las bases de todo lo que surgirá después. Aquí se establece la compatibilidad del edificio con el entorno, su facilidad de uso, su eficiencia energética, el uso de los materiales y el precio final para el cliente. La regla de oro dice que cada unidad de dinero ahorrada al diseñar es igual a su décuplo en gastos en trabajos extras y soluciones imprevistas o improvisadas. Lo que significa que sólo con un buen proyecto se pueden lograr los mejores resultados y un proceso de construcción sin problemas.